07 septiembre 2013

Dos años en Singapur

Carla y Carlos paseando por el centro de Singapur
Esta semana estamos celebrando dos años desde nuestra llegada a Singapur - no hubiésemos imaginado que nuestra estadía iba a ser tan enriquecedora, ni que se iba a expandir nuestro núcleo familiar con la llegada de Carla Elena.

Aquí se vive muy bien. Singapur es limpio, moderno, ordenado, eficiente, honesto y dice las cosas como son. O es blanco o es negro. La gente es educada, honesta y trabajadora. El mérito, la libre competencia, el libre mercado y el conocimiento son los motores de este país.

Singapur es una Anti-Venezuela. O Venezuela es un Anti-Singapur. Nunca imaginé vivir en países tan diametralmente opuestos, y los resultados saltan a la vista.

Quién no desea vivir en un país donde hay 18 marcas diferentes de pañales desechables para bebés en cualquier supermercado?

Creemos que habernos mudado a la Ciudad León fué una excelente decisión. No todo es perfecto de este lado del mundo: a veces las idiosincracias locales son difíciles de digerir y la distancia de los amigos y familia pesan en el espíritu. Aunque hay tecnología para cerrar las brechas, el costo emocional es alto y es uno de los precios de vivir fuera de tu país de nacimiento.

Sin embargo, las contrapartidas a este pequeño sacrificio son tan grandes y abundantes en Singapur, que todo esfuerzo es redituado magníficamente y con creces.