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En Metrópolis de Fritz Lang (1927) , Moloch es un dios cruel que se regocija con el sacrificio de hombres productivos y representa al capitalismo destructor. |
Nuestra reciente visita a
Pangaea, en el complejo de Marina Bay Sands fue la visión de uno de los círculos del infierno:
el círculo de la envidia.
Para ser un antro ultra-exclusivo y de hecho, el
club de facto para los billonarios de Singapur, encontramos que tantas son las malas cualidades que concluímos que la existencia del club es simplemente un chiste a costa de los clientes.
Seamos objetivos: un club puede tener una larga fila de
wanna-bees en la entrada, y pueden discriminar a los clientes por cualquier motivo que deseen. Sobre todo si el club vende "imagen".
Pero no es aceptable pagar una entrada de SGD40 (por persona, sin trago incluído) y luego pagar un vodka & Red Bull (SGD45, aguado, casi sin licor), y que la música sea de mala calidad, el servicio no sea amable y no haya ni siquiera una pista de baile en el antro.
Lo que hay es exceso y mal gusto, estilo
el guardarropas de Imelda Marcos.
La gente ostentando de botellas de
champagne Cristal de tres mil dólares, mientras
creen impresionar a los adulador@s (o prostitut@s) en busca de compañía pagada - o de una invitación a tomar gratis.
La cantidad de dinero sacrificado a Moloch, para impresionar a otros, es de proporciones enfermizas y es
una afrenta anti-ética.
Bati-chica y yo hemos salido de noche por cuatro continentes del ancho Mundo, pero jamás hemos presenciado un despliegue de envidia, ostentación y mal gusto como el de Pangaea. Solamente en uno de los países
más infelices del Mundo es posible encontrar un antro así.