La premisa de maximizar la inversión, el acceso a mano de obra ridículamente económica de otros países, la línea del Gobierno por mantener la economía estable y la eterna competencia para tener lo último y lo mas exclusivo, hacen de Singapur un sitio muy difícil para vivir en silencio.
El contínuo ruido de las construcciones es una de las peores caras de vivir en Singapur - y mientras más costosa es la zona donde vivas; más probable es que hayan zonas en construcción.
Marina Bay Sands en construcción |
Irónicamente, son los inquilinos de estos apartamentos costosos en zonas como Newton, Tanglin o River Valley los que deben soportar el ruido constante, sin quejarse mucho porque en Singapur no existe recurso legal que proteja al individuo del ruido de las construcciones.
Mucho del Singapur colonial ya no existe y la única manera de imaginarlo es al visitar otras ciudades (en Malasia) que comparten una historia similar, como Penang, Ipoh o Malacca.
Una verdadera lástima.